Alberto Núñez Feijóo, durante una intervención – EP
Cuenta el principio de Godwin que a medida que una discusión se alarga, la probabilidad de que aparezca una comparación con el nazismo tiende a uno. Es un límite matemático que se cumple con asombrosa precisión, fácilmente comprobable en cualquier foro. Este artículo, que no pretende andarse con ambages, salta directamente al mencionado principio desde el minuto 0. Es tal la vinculación entre los discursos del líder popular y la propaganda nazi que es inevitable pensar que su equipo de comunicación, nutrido de expertos en mercadotecnia, comunicación efectiva, oratoria, liderazgo, etc; no haya extraído la savia de los principios del político de Rheydt con la finalidad de ostentar el poder. Muchas veces se confunde a Alberto Nuñez Feijoo con otro político gallego y mediocre ex-presidente de España, Mariano Rajoy. Pese a las indudables similitudes que tienen (ambos son personas planas, nulas en inglés y con una tendencia constante a meter la pata y crear las más esperpénticas situaciones) hay un diferencia esencial entre el actual líder de la oposición y el ex-gobernante: Alberto es capaz de mantener una actitud hierática en situaciones humillantes y posee la habilidad de mentir a expuertas sin un atisbo de sonrojo. Debido a su evidente ineptitud, en innumerables ocasiones ha tenido que usar estas habilidades de dudoso mérito, ya sea aguantando el brillante chaparrón dialéctico del ministro Óscar Puente, de ganador a ganador, o mintiendo, sin rubor alguno, en el debate televisivo con Pedro Sánchez. Gracias al inestimable apoyo del ex-presidente Zapatero que puso a la población alerta del devastador peligro de un posible gobierno de derechas (y, por ende, altamente corrupto) parasitado, además, por una necesaria vicepresidencia de la extrema derecha de VOX (la más cazurra, cañí, fanática y tóxica de toda Europa), nos pudimos salvar del desastroso derrotero que nuestro país hubiese seguido de tener a semejantes alfeñiques mentales de gobernantes. Aún así, la victoria de un gobierno progresista fue ajustada y se libró en los minutos de descuento. ¿Cómo es posible, mucha gente se preguntará, que una opción tan limitada como la de Feijoo, estuviese rozando el gobierno con la yema de los dedos de la mano? Para responder a esta cuestión me gustaría citar una frase de Emilio Romero, pensador y falangista (aunque pudiese parecer un oxímoron) que en un atisbo de honestidad, declaró lo siguiente:
«La derecha gobierna para doscientas familias y eso no da para votos suficientes, por eso, para ganar unas elecciones, la derecha tiene que mentir»
Emilio Romero – Director falangista del diario Pueblo
El señor Romero, director falangista del diario Pueblo, no es sospechoso de ser una persona progresista pero sabía bien de lo que hablaba y condensó en una frase la cruda realidad. Nadie en su sano juicio tira piedras contra su propio tejado ni se da disparos en el pie (como ciertos Borbones). Si esto es así, ¿Qué lleva a tal cantidad de gente a votar en contra de sus intereses? ¿Hay tantos millones de personas sufriendo locura en nuestro país? Es evidente que no, al menos no una locura natural. Lo que padece nuestro país es una extensa locura inducida, causada por un fino engranaje de manipulación, una fuerte y perversa influencia religiosa y carencia de espíritu crítico. La suma de estos 3 elementos son capaces de convertir a personas cabales, funcionales y racionales en elementos enajenados en el plano político. Desgranemos más estos conceptos:
Empezaré por la carencia de espíritu crítico. Cuando hago referencia a este elemento quiero dejar fuera de la ecuación que las personas hayan o no alcanzado estudios superiores. Esto es así porque, aunque una carrera universitaria habitualmente transmite valores comunes como el del esfuerzo, el estudio y el desarrollo de habilidades, no siempre ejercita el espíritu crítico. Cuántas veces habremos conversado con gente altamente cualificada en su campo que fuera del mismo es prácticamente analfabeta funcional y cuántas otras ha pasado lo contrario, personas con estudios elementales capaces de transmitir ideas de forma excepcionalmente brillante y con una claridad pasmosa. En este punto, lo relevante es que las personas tengan en mente la cautela como principio, la humildad como base y el razonamiento lógico (método científico) como proceder. De esta forma, con cautela, desconfiaran de la información que no hayan contrastado previamente antes de hacerse un juicio propio. Todos somos objetivos y posibles víctimas de los bulos y la desinformación en esta era digital en la que las fuentes son incontables. Nadie, por ende, es libre 100% de caer en ratoneras. No obstante, cuanto más cautos seamos, cuantas más fuentes contrastemos y cuanto más críticos nos mantengamos con la información, más difícil será que caigamos en el ardid y, los embusteros, necesitarán trampas cada vez más sutiles, más difíciles de elaborar y que les requieran mayor energía. En segunto lugar, juega en nuestra contra la pesada losa de la influencia religiosa. Esta influencia es mayor que en otras partes del mundo por nuestra particular historia, siendo la llamada reserva espiritual de occidente, y en donde 40 años de nacionalcatolicismo han corrompido hasta el tuétano la laicidad que se presupone a un estado democrático. El daño que la industria religiosa y sus múltiples lobbies han ejercido y ejercen en nuestra democracia daría para monográficos extensos, pero me limitaré a mencionar varios puntos claves:
- La Iglesia como empresa privada lleva años ejerciendo su influencia en las mentes de las personas. Se aprovecha de la parte irracional del ser humano, el miedo a lo desconocido y a la muerte y su profundo conocimiento de la psicología humana (tienen más de 2000 años de experiencia) para doblegar voluntades.
- La Iglesia, como secta que es, tiene como objetivo el proselitismo. Necesitan mantener una masa crítica, atraer personas y atarlas a sus redes. Estas actividades las realizan aprovechandose de los momentos de vulnerabilidad de las personas (muertes, separaciones, enamoramientos, etc) e intentando que el sectarismo se prepetúe a través de las familias ya que así los descendientes van a tener muchas más trabas para desligarse de las ataduras mentales de sus progenitores.
- Los 40 años de nacionalcatolicismo franquista ha perpetuado modelos mucho más radicales y sibilinos como la prelatura del Opus Dei para obtener poder institucional. Basta rascar algunos apellidos de esferas de influencia para observar cómo en todos los poderes del estado se produce la parasitación de la Iglesia y cómo sus grupúsculos extienden sus pegajosos tentáculos.
- Es el enemigo más poderoso y abyecto para el pueblo libre ya que su doble labor de influencia en púlpitos, grupos de presión, miembros con posición de poder estatal, etc; con su esculpida habilidad de manosear los miedos irracionales del ser humano, les convierten en manipuladores avanzados.
- Su pátina de moralidad, santidad y bonhomía hacen más detestable su factoría de corrupción de mentes. Muchos de sus miembros la ejercen por desconocimiento y como parte del engranaje que les lleva a merced de otros, pero la cúpula lo hace por puro poder. No es de extrañar que la Iglesia, siempre opulenta, esconda sus innumerables posesiones e inmuebles bajo el foco de las personas manipuladas que actúan con bondad pero sin saberse marionetas de una multitudinaria secta ponzoñosa.
- Gracias a su extenso conocimiento de la manipulación, saben que las mentes son más vulnerables cuanto más jóvenes. De ahí que la Iglesia tenga como uno de sus objetivos primordiales la parasitación de la educación. Curas y monjas en colegios concertados y privados moldean las mentes más inocentes para que sean abono fértil donde plantar sus ideas y que, en su adultez, se conviertan en nuevas semillas corruptoras. Las familias ya inducidas llevan a sus retoños a dichos centros educativos para continuar la rueda. Lo más perverso de este punto, quizás uno de los más abyectos, es que se ponen unos fuertes grilletes mentales a la libertad de los más pequeños. Las propias familias, ya engrilletadas, hacen lo propio con sus hijos, sin saber que están colocándoles unas grandísimas y pesadas orejeras enfiladas hacia donde unos pocos quieren que miren. Hacer esto con la inocencia de los niños y moldear a sus progenitores para que piensen que hacen lo correcto es, probablemente, uno de sus mayores logros pero también una de sus acciones más viles.
- Su acción no se circunscribe a las escuelas. Las nuevas universidades de ámbito privado e ideario religioso no son más que un nuevo paso en la corrupción de los principales nucleos de saber e investigación y una forma de asegurar que sus titulados, con las necesarias habilidades y aptitudes pero con un férreo adoctrinamiento, cuando ocupen puestos de responsabilidad, puedan, a través de ellos, seguir ejerciendo su influencia.
El tercer elemento que causa esa locura imbuída es la manipulación. Ya hemos visto que la Iglesia es, sin ninguna duda, la campeona absoluta en este campo tanto por trayectoria e influencia como por experiencia. Sin embargo, la manipulación es un fino arte y, a su vez, una técnica. Una técnica que cuenta con muchos estudios y grandes mentes detrás. Entre ellas y, con ello, volviendo a los inicios de este artículo, contó en la Alemania nazi con personas muy capaces en este ámbito, siendo la más destacada Joseph Göbbels. Göbbels, como es bien conocido, ocupó el Ministerio para la Ilustración Pública y la Propaganda del tercer Reich. No quiero profundizar en su infame figura, de ello hay mucho escrito, pero sí quiero rescatar su innegable habilidad , esquematizada en diecinueve principios, que Göbbels empleó en sus políticas totalitarias. Esos diecinueve principios habitualmente identificables en su propaganda, se podrían resumir en 11 que listo a continuación. En todos ellos indicaré cómo el líder del Partido Popular sigue unos patrones inequívocos acorde con el ministro nazi:
- Principio de simplificación y del enemigo único. Consiste en adoptar una única idea, un único símbolo e individualizar al adversario. Este punto, ya de por sí evidente, es ciertamente relevante, puesto que, primeramente, reduce, de un plumazo, el foco, pasando de un crisol de ideologías en el arco parlamentario a una dualidad en la que el enemigo claramente definido es el partido socialista y su líder, Pedro Sánchez, la némesis a derrotar. Entra en esta sección el uso de símbolos como la bandera de España, su himno y su unidad, de los que se adueñan para su propio beneficio. Se erigen como orgullosos defensores de la unicidad de los símbolos y de la patria y tratan de propagar la perversa identificación que equipara la normal diversidad de sentimientos identitarios a elementos extraños. El fin es imbuir la idea de que la nación es un bloque monolítico, simplificando toda la complejidad existente y, por ende, demonizando y excluyendo a todo grupo que no case con esa simbología única, muchas veces tachándolos de traidores. Es perverso ver cómo un grupo político heredero de una dictadura cruenta y que lleva la corrupción institucional en las entrañas mismas de su existencia, pueda arrogarse patriotismo, cuando, realmente, su patria es el dinero y el poder.
- Principio del método de contagio. Consiste en reunir diversos adversarios en una sola categoría. Bajo el sombrero de enemigo único, ¿Cuántas veces habremos oído la frasecita de Feijoo (y otros adláteres) en la que afirma, sin vergüenza alguna, que el PSOE (enemigo único) está deslegitimado porque se agrupa y coaliciona con partidos independentistas, filoetarras y de la «extrema izquierda»? Bajo esta frase manida se identifica al resto de posibles socios del enemigo como el enemigo mismo. ¿Por qué es tan potente y venenosa este tipo de sentencias? Primero porque equipara un partido legal (Bildu) a una organización terrorista. Segundo, porque tacha de traidores a los partidos independentistas ya que, bajo el principio de simplificación, sólo una España es posible y aquellos cuya ideología difiera son, en consecuencia, traidores a la patria. Y, tercero, porque llamando «extrema izquierda» a grupos progresistas como Unidas Podemos, Sumar o IU, tratan de infundir una sensación de radicalidad equiparable a los grupos de ultraderecha, cuando estos últimos (junto con muchos miembros de la derecha tradicional) son los defensores de posturas abiertamente xenófobas, racistas, homófobas, machistas y totalitarias.
- Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque: “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”. Este punto no puede estar más en boga y es uno de los más utilizados por la derecha de este país. Sirvan algunos ejemplos recientes para ello. Es conocido que Feijoo cultivó profundas relaciones personales con narcotraficantes gallegos como Marcial Dorado y es bien sabido que una de las personas de mayor peso político en el PP, Isabel Diaz Ayuso, tiene condenado por corrupción (por lucrarse irregularmente en lo peor de la pandemia) a su pareja sentimental. Como las evidencias son cristalinas, existen fotografias y pruebas documentales suficientes, se desvía la atención generando una gran bola de humo con el caso Begoña, un ardid chapucero en el que el poder judicial heredero del franquismo se pone al tajo para, de forma prospectiva, tras una denuncia de un pseudosindicato mafioso (Manos Limpias), intentar hallar algo que desvíe la atención del foco mediático de Feijoo y Ayuso y ligue la idea de que el núcleo familiar de Pedro Sánchez es corrupto (o tan corrupto como los suyos) y, por ende, el mismo Sánchez. Ellos mismos saben que nada hay y nada encontrarán en el caso Begona, pero el daño mediático está hecho (como en el caso Oltra), la bomba de humo lanzada y la equiparación de justos por pecadores realizada. Otro ejemplo, la DANA de Valencia. En este terrible episodio natural, devastador y lamentable, el despropósito de un gobierno totalmente inútil quedó patente: el líder valenciano, Carlos Mazón, máximo responsable de la gestión y con plenas competencias, no dio señales de vida hasta que la tragedia ya estaba causando estragos. Esta misma persona desabilitó en el inicio de su mandato el grupo de UME que tanto bien hubiera hecho y su consejera responsable de emergencias no sabía ni los protocolos a activar. Ni en una película de Groucho Marx se podría haber cocinado semejante disparate del que sólo he aportado unos pocos datos. La diferencia es que esto no era una película, no tiene ninguna gracia y la ineptitud de estos chiqulicuatres costó muchas vidas y arrastró la tragedia a muchas familias. Ante tal desastre, ante tal desaguisado imposible de tapar, en vez de reconocer, al menos con cierta ética, que la gestión fue pésima; Feijoo defiende a su representante valenciano acusando al gobierno de la nación de no tomar las riendas con un Estado de Alarma. El patetismo y la cara dura del líder popular fueron de dimensiones inimaginables. Primeramente, reconocían, aunque de manera implícita (menos dolorosa y, lo más importante, menos mediática) que Mazón y su equipo del PP valenciano eran una panda de ineptos y, al mismo tiempo cargaban sus errores garrafales al gobierno estatal. Obviamente pasaban por alto que ellos eran los máximos responsables, que tenían plenas competencias y el conocimiento del terreno y de las zonas afectadas, pero con este recurso intentan que, al menos, haya un reparto de culpas y no caiga el peso muerto sobre el PP valenciano. Todos sabemos que Sánchez, de haber decretado el Estado de Alarma, hubiese sido acusado de autoritario, dictatorial y de negligente (ya que se le hubiesen volcado las culpas del desastre). A ellos nada les importan las víctimas, lo que les es relevante es mantener el status quo.
- Principio de la exageración y desfiguración. Convertir anécdotas, por pequeñas que sean, en amenazas graves. No es nuevo, por ejemplo, oir, por boca de Alberto Nuñez Feijoo, que la okupación es uno de los problemas principales de los españoles. La realidad es que el año 2023 se cerró con 15.289 denuncias por intrusión en inmuebles, según datos del Ministerio del Interior, lo que supone un 8,8% menos que en 2022, cuando hubo 16.765 denuncias por esta causa. Siendo la okupación un problema complejo y multifactorial, la hipérbole se usa en este caso para cambiar el foco y, de esta forma, blindar a grandes multipropietarios y fondos de inversión. Otro ejemplo, en este caso de desfiguración de la realidad, es la deshumanización constante del PP hacia la figura de Pedro Sánchez, al que pintan como un vacuo narcisista (por ser agraciado físicamente al contrario que Feijoó), como un tirano (por estar ejerciendo democráticamente el poder que ellos ansían) y como un felón (por poder pactar con diversos partidos totalmente legales debido a que no propugnan una idea única ni desdeñan la diversidad).
- Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”. Este punto es tan cristalino que vale tomar cualquiera de los eslóganes populares para darse cuenta de que necesitan simplificar al máximo el mensaje para poder extender bien su propaganda. Sirvan de ejemplos lacerantes: «Lo haremos bien» para la reconstrucción de Valencia (desde luego, peor que en su prevención, es imposible hacerlo), «Valor seguro» (me imagino que será de corrupción), «Comunismo o Libertad» (Creada dualidad en la que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quiere asumir el papel de adalid de la libertad. No creo que los familiares de las 7291 fallecidos por ausencia de derivación hospitalaria durante la pandemia opinen lo mismo) y, por supuesto, toda una retahila de eslóganes falso-patriotas como «El futuro de España», «España, ¡Adelante!», etc; muy parecidos a los que usa la ultraderecha de Vox (aún más simples para facilitar la labor a su electorado y encender sus entrañas) como “Hacer España grande otra vez” (haciendo gala de su analfabetismo trumpista) y los clásicos “Por España” y «España siempre” (cuya traducción honesta sería: «Por mi patrimonio» y «Corrupción siempre»).
- Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”. En este aspecto juega un papel muy relevante la prensa conservadora y la pseudoprensa, muchas veces indistingibles, capaces de repetir cortinas de humo y afianzar desinformaciones y medias verdades de forma coordinada y reiterada. Además de ello, son capaces de posicionar o esconder aquellas informaciones que juegan en contra de los grupos de poder o de destacar aquellas invenciones que necesitan perpetuar.
- Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones. Un ejemplo palmario de est punto se produjo en el debate televisivo entre los 2 candidatos al gobierno de España. En dicho debate, Feijoo usó el llamado galope de Gish, técnica de debate que se centra en abrumar al oponente con el mayor número de argumentos posible, sin tener en cuenta la exactitud o solidez de los mismos.
- Principio de la verosimilitud. Consistente en construir argumentos a partir de fuentes diversas que no constituyen una visión fidedigna de la realidad. Se amalgaman medias verdades, se transladan visiones parciales y se eliminan u obvian contextos claves para la verdadera comprensión. En pleno desastre de la DANA, Feijoo y su equipo generaron polémica mediante una frase que se le atribuyó a Pedro Sánchez, en referencia a la petición de recursos por parte de la Generalitat para gestionar la dana: “Si quieren ayuda, que la pidan” o su variación “si necesitan más recursos, que los pidan”. Curiosamente la frase real es la siguiente: «Si necesita más recursos [la Generalitat], que los pida; no hace falta priorizar unos municipios sobre otros ni jerarquizar tareas» Esa frase se enmarca dentro de una intervención más larga en la que repite hasta dos veces la idea de que es la Generalitat la que debe solicitar la ayuda en función de las necesidades que detecte en su territorio. No obstante, eliminando el contexto, vital para este caso y usando una frase lo suficientemente similar, pero torticeramente modificada, se hace pensar al lector u oyente que Pedro Sánchez, en un acto de absoluta mezquindad está dirigiéndose a los afectados y no a la propia Generalitat de Mazón, máxima responsable del desastre.
- Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines. Valga el ejemplo del ministerio de Economia de España bajo el mando de Carlos Cuerpo. Cuerpo durante el primer semestre de 2024 siendo ministro de Economía, Comercio y Empresa, ha presenciado 11 sesiones de control en el Congreso de los Diputados, en las que las distintas formaciones plantean sus dudas y/o críticas al Ejecutivo. Ni el PP de Feijoo ni los ultras de Vox han dedicado ni una sola de sus preguntas a Cuerpo en esos seis meses. Pese a la beligerancia histórica de la oposición en lo relativo a la economía española, absoluto silencio.
- Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas. Este fenómeno es claramente más visible cuanto más extremo y ultra es el sustrato político pero tanto Partido Popular como Vox apelan de forma regular a las vísceras y la irracionalidad para arraigar vínculos que dejen de lado la luz de la razón. De aquí que baste algo de hemeroteca para que afloren múltiples alegatos xenófobos que igualan inmigración con delincuencia, marcados rasgos aporofóbicos y el clasistas, el recurrente secuestro de la símbología (banderas e himnos), la defensa de tradiciones indignas en los tiempos de hoy, racismo, etc.
- Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad. Este principio se cataliza en los mítines donde se promueve el efecto rebaño debido al efecto escénico y televisivo de una gran masa de gente afín enfervorecida. Cercano a este punto también radica el de la unificación, muy usual en las conversaciones coloquiales. ¿Cuántas veces habremos oido la perversa coletilla «Si es que todos [los políticos] son iguales» en el trabajo, en la calle, en los medios? No puede haber un veneno más infame que ese y que requiere ser rebatido al instante. Al igual que en todos los trabajos hay artistas y titiriteros (con perdón para estos últimos), no se debe caer en el juego de la unificación que homogeiniza a personas brillantes y honestas con zotes corruptos.
Así pues, la carencia de espíritu crítico en una parte de la población, la funesta, perniciosa y pesada influencia de la Iglesia en nuestro país y el uso indiscriminado, inteligente y torticero de técnicas de propaganda usadas en perversos regímenes totalitarios, son algunos de los principales elementos capaces de doblegar voluntades, de plegar el destino de poblaciones enteras al designio de unos pocos y de parasitar gobiernos y naciones. Sólo así se explica que, por muy poco, una persona tan, a la vez, lesiva e insustancial como Feijoo casi rozara el poder junto a la ultraderecha. Por desgracia este fenómeno de populismo y desinformación no se circunscribe en exclusiva a España, sino que es parte de un fenómeno global al que hay que combatir. Todos jugamos y jugaremos un papel clave para evitar que la historia se repita y el sufrimiento, la tiranía y la ignorancia se perpetúen. En plena era de las redes sociales, de internet y de la inteligencia artificial, los eternos valores de cautela, humildad y sentido común toman un rol preponderante. Cito, para concluir, la brillante frase de Jose Luis Sampedro: ¿La gente está loca? No, la gente está manipulada.
¿La gente está loca? No, la gente está manipulada.
Jose Luis Sampedro
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